martes, 3 de mayo de 2016

Ninfomanía:la eterna sucesión de Fibonacci

Según la DRAE, una ninfómana es una mujer que padece Ninfomanía (Furor Uterino), es decir: un deseo violento e insaciable de entregarse a la cópula. ¿Y qué es la cópula o copular?: «unirse o juntarse sexualmente». Y ya está. Reflexiono. Al leer «Furor uterino» me vienen a la cabeza aquellas películas del destape en las que las suecas tenían muchas ganas de caña y se volvían locas con el macho ibérico (pobres). Nada de españolas cantando «Suecos os recibimos con alegría» que hubiera sido lo lógico considerando lo mal folladas que estaban porque los hombres no sabían ni qué hacer con el clítoris y pensaban que el punto G era un mito.

Sigo pensando y me doy cuenta de que si ahondo un poco más y descarto la imagen de sueca cachonda y divertida, me viene la de arpía perversa y dominadora de hombres como Lilith, la primera mujer, que abandonó a Adán porque, según cuenta el folclore judío, cuando hacían el amor Adán le exigía que se pusiera debajo: «¿Por qué he de acostarme debajo de ti? —preguntaba—: yo también fui hecha con polvo, y por lo tanto soy tu igual». Así que lo abandonó en busca de polvos mejores con Samael dejando a Adán con una compañera nacida de su costilla y, por ello, más sumisa (aunque malvada también porque le hizo morder la manzana y fue arrojado del Paraíso por ello: somos todas unas víboras). Debe ser eso, sí, una Ninfómana es como Lilith, condenada a ser un demonio malvado que devora los hijos de otras y copula como un súcubo con los pobres hombres indefensos para que la fecunden y parir a hijos (no sabemos si con dolor) a los que Dios matará diariamente por cientos. 




Joe, la protagonista de la película Nymphomaniac de Lars Von Trier que ha inspirado este reportaje, el primero que escribí para sexológicos (ahora La magia de los sentidos), es ninfómana por lo que no disfruta del sexo realmente, sufre con él, está atrapada. Los polvos son una eterna sucesión de números, la sucesión de Fibonacci, una metáfora perfecta usada por Von Trier. No deja de resultar irónico que este matemático la creara para solucionar la cría de conejos: ¿cuántos conejos saldrán de una camada que vive en un recinto cerrado? ¿Cuantos polvos puede llegar a echar una conejita? Joe sabe que un taladro llena un orificio, pero sólo durante un rato, cuando se retira, éste es mayor. Pero es ninfómana, no puede parar. El vacío no puede ser llenado.

Brenda B. Lennox ©

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